El día ha llegado. Después de años de gestación, de continuos retrasos desde que se dijera que el momento llegaría en 2014 y de diversos cambios en la manera de llevarla a cabo, la CNMC ha dado su visto bueno definitivo al proceso de liberalización. En concreto, ha aprobado la documentación que los adjudicatarios de los acuerdos marco han entregado.
Y que les habilita para firmar el contrato con Adif el próximo 13 de abril. Firma que se iba a haber producido hace un mes pero que se ha retrasado por solicitud de la SNCF, empresa que entregó la documentación el pasado 23 de marzo.
Las nuevas operadoras podrán reducir su oferta comercial al inicio
Para poder circular, en el contrato marco con Adif las operadoras solicitarán una cantidad determinada de surcos. Sin embargo, la CNMC ha indicado que dada la excepcionalidad de la situación, no se va a penalizar a las operadoras por el incumplimiento de la oferta solicitada.
Si bien la crisis sanitaria de coronavirus no va a retrasar la liberalización, Competencia asume que sí podría provocar retrasos en la preparación de la explotación.
La SNCF, que operará en España a través de su filial Rielsfera, se ha comprometido a empezar a operar a partir del primer día, el 13 de diciembre de 2020. Los 9 trenes con los que iniciará la explotación ya están bajo su poder. Pero tiene que terminar de adaptarlos y hacer el proceso de homologación. Además, la empresa tiene que crear su imagen y red comercial de cara a vender billetes. Procesos que podrían sufrir retrasos por la coyuntura actual.
Por su parte, ILSA (empresa propiedad de Trenitalia y los dueños de Air Nostrum) comenzará a operar a partir de enero de 2022. Esto es debido a que el material móvil que van a emplear (el Zefiro V300) aún está en fabricación y su entrega podría sufrir retrasos por el coronavirus. No obstante, la empresa tiene un acuerdo de alquiler de material a Trenitalia, operadora que usa los mismos vehículos para el servicio Frecciarossa.
La dificultad de la explotación de la LAV Madrid-Andalucía
La resolución de la CNMC tiene en cuenta una dificultad añadida a la homologación de los trenes. Se trata de la necesidad de que los vehículos cuenten con el LZB, empleado en la LAV Madrid-Andalucía por la que tendrán que circular.
Esto ralentizará el proceso ya que las unidades requerirán de una fase de pruebas específica para el sistema de señalización. Sin embargo, estos equipos estarán pocos años en uso ya que recientemente se ha adjudicado la instalación del ERTMS en el corredor.
El acuerdo marco con Renfe sólo podrá durar 5 años
Por defecto, los acuerdos marco firmados por Adif y las operadoras tienen una duración de 5 años. Pero puede ser ampliada a 10 por motivos justificados, como puede ser el riesgo asumido por cada empresa.
En el caso de ILSA y Rielsfera, la CNMC asegura que su ampliación a 10 años está más que justificada por la inversión inicial que tienen que hacer. Inversión que, además, estará limitada a operar en los corredores Madrid-Valencia, Madrid-Levante y Madrid-Barcelona-Frontera francesa.
Sin embargo, para Competencia es insuficiente la justificación de Renfe. La empresa española justificó la ampliación con la inversión en 49 nuevos trenes de alta velocidad (los 30 Avril y los 19 Trenhotel serie 7 reconvertidos). Sin embargo, según la resolución del regulador este material se va a usar en otras líneas no afectadas por el proceso. Y el aumento de servicios que tendrá que prestar Renfe respecto a los que oferta en la actualidad es bastante pequeño.
Por lo que, a no ser que la operadora pública española justifique la necesidad de un contrato a 10 años, su acuerdo marco caducará en 2025 y tendrá que optar a renovarlo.
Fuente: CNMC