A todo buen aficionado le gusta salir a la vía y poder cazar con su cámara un tren histórico, ya sea con una locomotora de vapor, una eléctrica antigua o un automotor único en su especie. Vivir en el presente un tren del pasado es un auténtico placer. Afortunadamente, en España cada día se vuelven a ver más composiciones históricas saliendo a la vía; como lo hiciera el pasado domingo 14 el denominado Tren de los 80 de los Amigos del Ferrocarril de Madrid.
Sin embargo, no muchas personas tienen en cuenta que estos trenes son de pasajeros y que, para que circulen, necesitan precisamente eso, pasajeros. Personas que los utilicen y justifiquen su circulación; gente que abone el precio del billete para así colaborar con los gastos de mantenimiento y explotación pues, como todo tren, los tiene.
Los costes de un tren histórico
Pese a ser vehículos que no circulan de manera regular, un tren histórico necesita seguir el mismo régimen de mantenimiento que un tren de los que Renfe usa día a día. Esto implica revisiones periódicas, que tienen un coste. Además, aunque en muchos casos el mantenimiento general lo hacen aficionados con conocimientos más que suficientes de forma voluntaria, sigue siendo necesario un equipamiento especializado además de herramientas y repuestos.
Por otro lado, para circular hay que abonar, como cualquier tren, los cánones que cobra Adif por usar su infraestructura además de maquinistas y otros posibles costes como animaciones a bordo. Y aunque iniciativas como el billete Fila Cero (con la que uno puede donar dinero aunque no viaje) sean una ayuda, lo mejor es siempre viajar en ese tren histórico.
Las ventajas de viajar
Aparte de ayudar aportando el importe del billete, se colabora a mejorar la ocupación y, por ende, a aumentar el éxito del viaje. Como en cualquier tren, un viaje es exitoso si el vehículo cumple con la marcha y lleva muchos viajeros. Además, permite al pasajero revivir la experiencia de viajar en un tren de antaño y disfrutar del tren desde una perspectiva distinta debido al inmejorable ambiente que se vive a bordo.
Por último, cuantos más viajeros lleve un tren histórico, más posibilidades hay de que ese vehículo circule más veces.
Trenes históricos para viajar
En la zona de Madrid, habitualmente circula los domingos el Tren de Arganda, el único ferrocarril histórico español explotado por una asociación. Utilizando el tramo no desmantelado del antiguo Ferrocarril del Tajuña, el Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid (CIFVM) hace posible viajar en coches fabricados en 1916 remolcados por una locomotora de vapor, la Arganda.
Por otro lado, desde el próximo sábado 20 de abril y todos los sábados hasta el 25 de mayo circula entre Madrid y Segovia el tren Río Eresma. Por tan sólo 20€ sujetos a diversos descuentos, se podrá viajar a bordo de la 440-096, la única de su serie en estado original y con asientos sky.
Aún sin fecha de inicio, pero que probablemente empiece en el mes de mayo, circulará también el popular Tren de la Fresa del Museo del Ferrocarril de Madrid entre Madrid y Aranjuez, con visita a lugares históricos incluida. Como todos los años, el viaje se realizará en los coches de madera tipo Costa.
Fuera de Madrid, en Lérida tenemos el Tren des Llacs organizado por la ARMF, que desde el 27 de abril hasta el 26 de octubre llevará a bordo de los coches 6000 pasajeros entre Lérida y La Pobla de Segur.
Otros ejemplos de tren histórico los tenemos en el Museo Vasco del Ferrocarril, situado en Azpeitia, en el que habitualmente hay circulaciones traccionadas por locomotoras de vapor.