El pasado viernes el Intercity 660 que hacía el trayecto Milán-Ventimiglia -en el noroeste de Italia-, se salió parcialmente de la vía por la que circulaba al producirse un desprendimiento de tierra sobre la misma causado por las intensas lluvias caídas en la zona. El tren descarrilado aún no ha sido retirado del lugar por la amenaza de más derrumbes, que podrían incluso arrojarlo al mar. De los 200 pasajeros, sólo cinco han resultado heridos leves.
El suceso tuvo lugar entre las estaciones de Cervo y Andora, tramo muy próximo a la frontera francesa. El desprendimiento provocó la salida parcial de la vía de la locomotora y uno de los coches. Afortunadamente sólo cinco personas fueron trasladadas al hospital, incluyendo a los maquinistas, uno de los cuales presentaba estado de shock además de contusiones leves. La baja velocidad de circulación, limitada a 30km/h, parece haber evitado un accidente mayor.
Desde la RFI (Rete Ferroviaria Italiana) anuncian que los trabajos de retirada del tren descarrilado comenzarán cuando las condiciones meteorológicas lo permitan, ya que el riesgo de que se produzcan más desprendimientos es aún alto.
El incidente afectó tráfico ferroviario entre Italia y Francia, además de a otros trayectos domésticos.
Fuentes: Il Fatto Quotidiano y RAI News.