Después de muchos vaivenes, una supuesta cancelación definitiva del proyecto e intentar resucitarlo en gobiernos anteriores, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha dado vía libre a la llegada del AVE (y otros trenes de alta velocidad) al aeropuerto de Madrid.
Una iniciativa que el ministerio anunció durante el verano pasado que se iba a retomar, encargando un estudio sobre movilidad desde el punto de vista funcional y operativo. Ahora, un grupo de trabajo creado para encargarse de este proyecto determinará el trazado, que es el siguiente paso a dar.
Usar la vía actual o crear una nueva
Desde que se planificó la conexión ferroviaria con la terminal 4 del aeropuerto madrileño, el plan original era que por las mismas vías circularan trenes de alta velocidad y de cercanías.
De hecho la infraestructura se construyó con vía de 3 carriles y una electrificación que puede conmutar entre los 3.000 Vcc y los 25 kV 50Hz que usan sendos tipos de trenes.
Sin embargo, quedaba pendiente conectar por ancho internacional la salida del túnel con la estación de Chamartín. Una operación que pareció descartada cuando en 2015 se decidió sustituir la alta velocidad por una lanzadera de Cercanías.
En la actualidad, Transportes sopesa retomar este proyecto debido a su facilidad de ejecución. Se haría sobre una infraestructura existente, por lo que se ahorrarían muchos trámites como la Declaración de Impacto Ambiental y la obra en sí sería más sencilla.
Sólo habría que hacer la conexión por ancho internacional de Chamartín con el túnel e instalar el sistema ERTMS en el mismo. Si bien no se puede saber a la ligera cuánto tiempo tardaría en estar lista la obra, la previsión es que sea de unos 2 años desde la adjudicación de la misma.
Pero llevar la alta velocidad a través de esta infraestructura podría generar un problema de saturación a largo plazo.
Por lo tanto, el grupo de trabajo también estudia la posibilidad de que se construya una vía exclusiva para estos trenes. Sería opción más cara, lenta y compleja pero que permitiría atender a un futuro aumento de la demanda.
El objetivo: reducir los vuelos domésticos
La llegada de los trenes de alta velocidad al aeropuerto de Barajas fomentaría la intermodalidad tren-avión, buscando reducir el número de vuelos nacionales. Una intermodalidad que se complica en la actualidad al obligar a los viajeros a hacer transbordo en Chamartín o Atocha.
La idea la apoya tanto el Gobierno (para fomentar un transporte más sostenible) como las aerolíneas (muchos de estos vuelos son deficitarios) y busca que los pasajeros de los vuelos internacionales lleguen a su destino nacional usando el tren.
Así que se facilitaría la reducción de los vuelos domésticos con lo que las aerolíneas mejoran sus resultados, las líneas de alta velocidad aumentrían su demanda y se reduciría la huella de carbono del transporte.
Por lo tanto, de cumplir con su propósito, esta conexión podría cambiar de manera notable la movilidad a nivel nacional.
Fuentes: El Español y ABC
