La operadora británica Southeastern, propiedad del Departamento de Transporte, ha licitado la primera parte del proceso de renovación de su parque móvil, destinado a reducir los costes operativos.
Los fabricantes de material móvil tienen hasta el 9 de diciembre para mostrar su interés en participar en el concurso. Mediante el que se va a suministrar unidades eléctricas que sumarán hasta 570 coches y que deberán estar en servicio en octubre de 2027.
Con este plan, la operadora busca evitar el aumento del coste de mantenimiento y de alquiler como consecuencia del envejecimiento de los vehículos. Según se ha anunciado en la licitación, se van a comprar entre 350 y 570 coches de unidades de tren eléctricas con una longitud de 20 metros cada uno. El contrato incluirá una opción a compra de 70 coches adicionales.
El fabricante deberá demostrar su capacidad de poner en servicio los nuevos trenes de Southeastern en el plazo estipulado
El número final de vehículos a encargar se determinará cuando se reciban las propuestas de suministro, financiación y mantenimiento. Además, también dependerá del estudio de viabilidad, que indicará qué series van a sustituirse. En este momento, los trenes de mayor edad de la operadora son los Networker de las series 465 y 466, fabricados entre 1991 y 1994 para la desaparecida British Rail.
El contrato incluirá el mantenimiento de los nuevos trenes por un período inicial de entre 6 y 10 años, además del suministro de las piezas de parque y útiles específicos.
Los fabricantes que participen en este proceso deberán ofrecer una propuesta basada en una plataforma ya existente. Y demostrar su capacidad para fabricar los trenes y ponerlos en servicio en el plazo indicado. Una demostración que deberá estar basada en pedidos anteriores realizados en Reino Unido.
Todos los trenes deberán ser compatibles con la alimentación a 750 V CC por tercer carril y con las características de la red operada por la empresa. Además, su diseño deberá hacerlos compatibles tanto con servicios de corta distancia como de larga distancia.
Además, los nuevos trenes deberán tener baterías para circular sin electrificación con una autonomía de 32 kilómetros. De esta manera podrán hacer maniobras en depósitos y apartaderos, y circular por pequeños tramos sin electrificación o ser capaces de circular en caso de fallos en el suministro eléctrico.
