El futuro del tren nocturno en España, al menos prestado por Renfe, lleva muchos años amenazado. Y ahora podríamos estar ante el fin del servicio Trenhotel, el único que quedaba tras la desaparición de los trenes Estrella en 2015.
Los Trenhotel no volverán a las vías, al menos por ahora
Con la oferta de transporte con la que Renfe afrontó la reducción de servicios por el coronavirus se suprimieron muchos servicios. Entre ellos estaban los trenes nocturnos nacionales e internacionales.
Sin embargo, la operadora ha manifestado que no tiene previsto reincorporarlos en el corto plazo. Ni siquiera como una medida para fomentar el turismo.
Alega que descartar su vuelta a la circulación tiene un trasfondo económico. Puesto que estos trenes son, según Renfe, deficitarios. Y sus resultados económicos serían aún peores con las medidas de distanciamiento necesarias para evitar un rebrote del coronavirus.
Para compensar las caídas sufridas en los ingresos, la operadora pública pretende potenciar aquellos servicios comerciales que sean más rentables.
No obstante, son muchas las personas y medios de comunicación que sostienen que este podría ser el adiós definitivo de los trenes nocturnos. Y más teniendo en cuenta el historial de medidas provisionales que se han convertido en permanentes.
Fin de la conexión con Lisboa
De cumplirse los peores presagios, la supresión del servicio Trenhotel supondría eliminar la única conexión ferroviaria de España con Lisboa.
Y es que antes del estado de alarma la capital lusa estaba unida con varias ciudades españolas por los trenhotel Lusitania (Madrid-Lisboa) y Surexpreso (Hendaya-Lisboa).
Este último era, además, el único tren de viajeros de Renfe que circulaba por 3 países distintos. Aunque su recorrido por Francia fuera casi testimonial.
Una “muerte” anunciada
Si bien desde los años 90 los trenes nocturnos han ido desapareciendo poco a poco de las vías españolas, sustituidos en muchos casos por servicios de alta velocidad, ha sido durante esta década cuando la amenaza de su desaparición definitiva se ha hecho más clara.
Ya en 2012 el por aquel entonces presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, anunció que los trenes nocturnos dejarían de circular antes de que acabara el año. Siguiendo una tendencia a nivel europeo impulsada, aparte de por la alta velocidad, por el aumento en la competitividad del transporte aéreo gracias a las aerolíneas de bajo coste.
Sin embargo los Trenhotel y Estrella siguieron circulando. Pero en diciembre de 2013 se despidió uno de los que mayor demanda tenía, el que unía Madrid con Paris. Su reemplazo, una conexión por alta velocidad vía Barcelona destinada a viajeros totalmente distintos.
En 2015 dijo adiós otro de los Trenhotel con mayor éxito comercial, el que unía Barcelona con Granada. Una de esas supresiones provisionales (causadas por la interrupción del tráfico ferroviario entre Antequera y Granada para construir la vía de alta velocidad) que se han hecho definitivas. Su sustituto, un AVE diurno entre ambas ciudades que tarda más de 6 horas.
Ese año también se despidió un nocturno bastante útil y demandado en fines de semana y vacaciones, el Estrella Costa Brava. Unía Madrid con Barcelona y Cerbère (Francia).
En todos estos casos a los viajeros nocturnos no les quedó más remedio que pasarse al autobús. O cambiar sus hábitos y viajar en avión o en los trenes AVE que solo en el caso de la conexión Madrid-Barcelona son una alternativa para llegar a destino a primera hora de la mañana.
Por lo que todos estos antecedentes, la falta de soluciones para potenciar y rentabilizar un servicio que está resurgiendo con fuerza en toda Europa y la crisis sanitaria del coronavirus parecen el cóctel perfecto para haber acabado con los trenes nocturnos en España.
Aunque siempre cabe la esperanza de que más que un adiós sea un hasta luego. Que más que una muerte sea una hibernación.
Y es que cuando se eliminen las medidas de distanciamiento, Renfe podría plantearse recuperar los Trenhotel. O las operadoras que compitan con la empresa pública podrían aprovechar la ausencia del rival más grande en el potente nicho de los trenes nocturnos.
Y tú, ¿qué opinas?
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El rías gallegas tenía los días contados en cuanto llegará la alta velocidad al territorio, pero el catalán no tiene ningún sentido suprimir le, así como el Lusitania