El pasado 11 de agosto el ferrocarril se volvió a convertir en el centro de la actualidad informativa. En esta ocasión, por fortuna, no fue por un accidente, sino por el sonado incendio de Bejís. Como resultado de la acción de varios viajeros, que no siguieron las indicaciones de la maquinista, 11 personas resultaron heridas (3 de ellas de gravedad) por las llamas.
Sin embargo la desinformación sobre este tema ha sido la tónica general durante unos días. La negligente actuación liderada por parte de una de las viajeras y la opinión de personas carentes de conocimientos sobre ferrocarril han distorsionado los hechos. Llegando a acusar de negligencia a una trabajadora ferroviaria que, tal y como está demostrando la investigación, actuó de forma correcta para salvar vidas y evitar una desgracia.
Tras un pequeño parón por vacaciones, en Trenvista relatamos lo acontecido acorde a la información publicada contrastada con los registros del tren.
El tren que se topó con el incendio de Bejís
A las 16:22 partía de Valencia el tren Media Distancia 15806 que cubre el recorrido Valencia Estació del Nord a Zaragoza Miraflores servido con un automotor de la serie 599. Tras efectuar parada comercial en Segorbe-Ciudad sale de allí con 48 viajeros y la maquinista como único personal del tren.
El tren recorre ya en éste momento la línea 610 Sagunt – Bif. Teruel de vía única dotada de Bloqueo de Liberación Automática y CTC. A medida que el tren avanzaba iba acercándose al incendio. A las 17:54 la maquinista detiene la marcha e informa al CRC de Valencia de la existencia e intensidad del incendio.
Los viajeros causaron un aumento en el tiempo de parada junto a las llamas
Efectúa el cambio de cabina para poder retroceder a la estación de Caudiel. En el impás del cambio de cabina y solicitar autorización para retroceder, algunos de los viajeros entraron en pánico. Pese a las advertencias de la maquinista de que no abandonasen el tren, poco después de reanudar la marcha en sentido contrario, varios viajeros hicieron uso indebido de los tiradores de freno de emergencia y de los de apertura de puertas. Este hecho causó que el tren se volviera a detener, aumentando así el tiempo de parada junto a las llamas.
Además, algunos viajeros incluso hicieron uso de los martillos de emergencia y rompieron algunas ventanas para salir por ellas.
Para poder reanudar la marcha la maquinista tuvo que rearmar todos los tiradores de accionamiento del freno de emergencia. Además debió normalizar manualmente cada una de las puertas, acción que le llevó varios minutos.
Un preciado tiempo en el que los viajeros que habían abandonado al tren quedaron expuestos a las llamas; por su parte quienes siguieron las órdenes de la maquinista sufrieron un aumento de la angustia producida por la peligrosa situación.
Una vez normalizado el tren, a las 18:20 pudo reanudar la marcha hasta una estación segura, Caudiel. En el recorrido hasta dicha estación fue recogiendo a los pasajeros que se habían bajado del tren y que huían del incendio de Bejís por la vía. Sufriendo heridas y quemaduras de diversa gravedad.
Una vez en Caudiel el tren fue evacuado, los heridos fueron atendidos, recibidos por la guardia civil para la toma de datos del pasaje y trasladados en autobús del Plan Alternativo de Transporte hasta Teruel donde ya se retomó la marcha en tren hasta Zaragoza.
Las autoridades desconocían que el fuego se había acercado a las vía de ferrocarril
Llegados a éste punto todo el mundo empieza a formular preguntas por cómo se llegó a éste suceso. La explicación es que desde las autoridades competentes en el control y extinción del incendio, y que han de evaluar la afección del incendio sobre las infraestructuras críticas como carreteras, líneas férreas, etc. no dieron aviso al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, ADIF; ente encargado de la gestión de la circulación ferroviaria y el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria.
Al no ser informado el ADIF, éste no suspendió la circulación por el tramo afectado y por ende, tampoco pudo informar a los operadores ferroviarios afectados como Renfe.
La lógica del funcionamiento ferroviario es que el primero que ve cualquier anormalidad da aviso. Es decir, si un operador ferroviario, por medio de uno de sus maquinistas, encuentra una anormalidad, se comunica al ADIF. Si es el personal del ADIF quien encuentra la anormalidad, éste avisa a los operadores para que tomen las medidas oportunas.
En este caso, el tren 18506 era el primero que encontraba las llamas del incendio de Bejís en el entorno de la vía. Su maquinista informó al Centro de Regulación de Circulación de Valencia de la anormalidad y ADIF da aviso a las autoridades además de suspender cautelarmente la circulación ferroviaria en el tramo afectado.
La explicación dada por las autoridades competentes es que nadie sabía que el incendio estaba afectando a la infraestructura ferroviaria. Tan solo unas horas antes se había producido un cambio en la dirección del viento que llevó las llamas a ese entorno.