El Gobierno portugués anunció ayer el PNI 2030 (Plan Nacional de Inversiones 2030), en el que el transporte por ferrocarril es el mayor beneficiado. De los 16 proyectos que se prevén ejecutar, el más ambicioso e importante es construir una línea de alta velocidad entre Lisboa y Oporto. Que reduzca el tiempo de viaje a 1 hora y 15 minutos.
La alta velocidad entre Lisboa y Oporto, una vieja aspiración
Reducir los tiempos de viaje entre las dos ciudades más importantes de Portugal no es una idea nueva. Unir ambas ciudades con una línea de alta velocidad es una vieja aspiración que empezó a transformarse en realidad en el año 2000.
Por aquel entonces el gobierno de Antonio Guterres creó la empresa Rave, que tenía el objetivo de planificar las líneas de alta velocidad del país. Si bien se avanzó bastante en los estudios, la crisis económica que azotó con dureza a Portugal hizo que tuviera que posponerse la ejecución del plan.
Ahora el gobierno de Antonio Costa se ha propuesto reanudar el proyecto y desarrollarlo en la próxima década, aprovechando al máximo lo que quedó hecho por la Rave.
Velocidad máxima de 300 km/h
Cuando la línea esté completamente terminada permitirá circular a una velocidad máxima de 300 km/h, necesaria para conseguir el tiempo de viaje prometido. Que supone reducirlo en más del 50% respecto al actual, ya que un Alfa Pendular tarda 2 horas y 49 minutos en unir las dos ciudades lusas más importantes.
La inversión prevista para su ejecución es de 4.500 millones de euros, el mayor presupuesto de todo el PNI 2030. Que serán financiados principalmente con fondos europeos procedentes del Marco Financiero Plurianual y del programa Conecting Europe Facility.
El plan establece que la nueva infraestructura se ponga en servicio por tramos de tal forma que los trenes puedan combinarla con la Línea del Norte mientras concluye la construcción. Por este motivo será abierta en ancho ibérico, con traviesas polivalentes para cambiarlo, en un futuro, por el ancho internacional. Y con la velocidad máxima limitada a 250 km/h.
Aparte de los trenes que tengan ambas ciudades como cabecera, la intención del Gobierno es aprovechar el ancho ibérico para que los Intercidades y los servicios que van más allá de Oporto y Lisboa también reduzcan su tiempo de viaje. De tal forma que se vean beneficiadas por esta infraestructura ciudades como Braga, Guimarães, Setúbal o Faro.
El tramo prioritario es el que une Gaia con Soure, la mitad norte de la línea. Desde ahí continuará hasta Lisboa por Leiria y siguiendo el trazado proyectado en el año 2000 por el oeste de la sierra de Candeeiros. Un trazado que implicaría la entrada a Lisboa por la zona de Arruda dos Vinhos, una zona de difícil orografía.
Sin parada en Aveiro
Acorde a los estudios realizados por la Rave, la nueva línea no pasaría por Aveiro, ciudad de 60.000 habitantes. Sin embargo, está prevista la construcción de un ramal que sea utilizado por algunos de los servicios.
En Coímbra el plan es que utilice la actual estación de Coimbra B. Por último, entre Leiria y Marinha Blanca se construirá una nueva estación junto a la línea del Oeste, con la que tendría conexión para que los trenes que vengan de Torres Vedras y Caldas puedan continuar a Oporto por la línea de alta velocidad.
Vigo y Lisboa quedarán a 2 horas y 15 minutos
El otro gran proyecto del PNI 2030 es construir una nueva línea que una Oporto con Vigo para reducir el viaje a aproximadamente una hora.
Por lo que el tiempo de viaje entre la ciudad gallega y la capital portuguesa quedaría, de ejecutarse ambas líneas, en menos de lo que tarda actualmente el Tren Celta en cubrir el trayecto Oporto-Vigo.
