El presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, ha informado que la operadora se encuentra estudiando la posibilidad de suprimir el servicio de Trenhotel a finales de año debido a su baja ocupación y la competencia del avión.
Gómez-Pomar indica que cada día hay menos gente dispuesta a pagar por un coche-cama y que cada día circulan más coches de este tipo vacíos. Atribuye este problema a las atractivas ofertas que las aerolíneas ofrecen, sobre todo en trayectos internacionales como el Madrid-París, en el que asegura que Renfe no tiene nada que hacer. Por lo tanto, la operadora se encuentra estudiando la viabilidad económica del servicio.
Adicionalmente, mencionó que posiblemente se supriman algunos trenes de Media Distancia, considerados servicios públicos y no comerciales como el Trenhotel, por falta de rentabilidad económica y social.
Según él, en la actualidad los trenes de AVE Larga Distancia son los únicos de la operadora que dan dinero. Esto es perfectamente factible, debido a la gran promoción que se hace de ellos y la idea que se ha vendido sobre la necesidad del AVE.
Política comercial errónea
Desde Ferro Raíl defendemos el uso del ferrocarril tanto diurno como nocturno como medio de transporte que debe predominar en el territorio nacional debido a sus múltiples ventajas, sobre todo económicas, ecológicas y sociales. El hecho de que servicios como el Trenhotel fracasen puede deberse perfectamente a una errónea política comercial, que se ha mantenido intacta o empeorado pese a la vertiginosa mejora de las políticas de las aerolíneas. Entre adaptarse a los nuevos tiempos o morir parece que ha elegido morir.
La de los Trenhotel está actualmente basada en unos precios muy altos, una promoción nula del servicio (el AVE suena por todas partes pero el Trenhotel brilla por su ausencia en publicidad, noticias, etc.) o la reducción de variedad de oferta. Por ejemplo, los nuevos y flamantes Trenhotel de serie 7 sólo ofrecen butacas super-reclinables o camas Gran Clase, obviando el resto de clases intermedias. Además, el uso de composiciones fijas de Talgo en lugar de material convencional penaliza a la adaptación de los trenes frente a la demanda real de cada viaje. Si para un determinado día se venden menos plazas, quitar coches Talgo resulta severamente costoso. Lo mismo sucede si hay que hacer refuerzos puntuales, ya que no se pueden agregar fácilmente coches; toca poner otra composición que probablemente no se llene.
Por lo tanto, la viabilidad de los servicios nocturnos pasa por hacer una oferta más flexible, apta para todos los bolsillos, una mejor promoción de los servicios que existen (actualmente, ofertas Madrid-París en avión se ven todos los días pero en tren nunca) y quizás volver a utilizar coches convencionales convenientemente modernizados, de tal manera que no se muevan plazas vacías en cada viaje. Son muchas las ventajas que ofrece el tren nocturno frente a los primeros aviones de la mañana; ventajas de las que Renfe hace muchos años que no hace gala de ellas.
Fuente: Europa Press.