- Los costes finales de la estación podrían ascender a los 4.000 millones de dólares, el doble del presupuesto inicial.
- Los contratiempos han modificado el presupuesto, los plazos y hasta el diseño.
- Los responsables de transporte de Nueva York se arrepienten ahora de haber elegido la estación de Calatrava como proyecto a llevar a cabo.
Las obras de la nueva estación ferroviaria del World Trade Center en Nueva York se retrasan y alejan la versión final del proyecto planteado por Santiago Calatrava en 2004.
Un nuevo comienzo para la Zona Cero
Un año después de los atentados del 11-S, el Gobierno Federal anunció una inversión de 4.550 millones de dólares en proyectos de transporte a llevar a cabo en el bajo Manhattan, la zona más afectada por los atentados.
Fue entonces cuando se diseñó una conexión este-oeste que tendría como puntos de referencia el Fulton Center (inaugurado el mes pasado) y la estación del World Trade Center. De entre todos los proyectos para esta última estación, se decidió elegir el del español Santiago Calatrava, que llevaba por título The Oculus.
La estación de Calatrava seguía la línea de otros proyectos, con el predominante color blanco y las estructuras de metal y cristal. También en esta ocasión contaba con elementos móviles, que tratarían de evocar un ave que echa a volar.
La estación de Calatrava no cumple los plazos ni el presupuesto
Como ya ha ocurrido con otros proyectos del arquitecto español, con el avance de las obras la realidad perdió parecido con la idea inicial.
Para empezar, algunos aumentos del presupuesto provienen de las decisiones de las autoridades y son ajenas al proyecto en sí, pero otras están directamente relacionadas con el proyecto de estación de Calatrava. Por ejemplo, la estructura inicial planeada por el arquitecto fue estudiada por la policía y se determinó que no era viable así que se duplicó la cantidad de soportes metálicos y se eliminó partes de cristal incluidas inicialmente. ¿El resultado? No sólo se aumento el gasto en acero (que llegó a los 474 millones de dólares), sino que la estructura quedó modificada y lo que pretendía ser un pájaro ha pasado a ser el esqueleto de un dinosaurio.
Los daños causados por el huracán Sandy también se suman a la partida de contingencias del presupuesto de la estación de Calatrava, un proyecto de por sí poco modesto.
Ahora las autoridades lamentan haber elegido este proyecto porque dicen que con el tiempo y dinero empleado en una estación aún sin inaugurar, se podrían haber llevado a cabo otras mejoras más prácticas y realistas.
Fuentes: New York Times y El País.