- El escándalo está relacionado con una compra entre empresas ferroviarias de Letonia y Estonia.
- Rusia “castiga” la detención de los implicados disminuyendo el servicio ferroviario de mercancías con Letonia.
- Hace unas semanas se destapaba otro caso de corrupción en Europa, en ese caso en el sistema ferroviario de Portugal.
Por desgracia, los casos de corrupción en el sector ferroviario se producen constantemente en diferente puntos del planeta. El último ha sido en el norte de Europa, donde directivos de Estonia y Letonia han sido detenidos por un supuesto caso de soborno.
Compra sospechosa en los países bálticos
El escándalo ferroviario se centra en una transacción concreta: la compra efectuada por la operadora pública letona LDZ de 4 locomotoras 2TE116 a la fabricante estonia Skinest Rail. Y es que esta operación, que en principio parecía normal, se ha enturbiado al ser investigado el propietario de Skinest Rail, Oleg Ossinovski (uno de los hombres más ricos del país).
De ahí se han ido descubriendo pruebas que apuntan a que la fabricante sobornó al presidente de LDZ para ganar el concurso y se han descubierto ciertas cuando al registrar el coche del susodicho (que volvía de un viaje a Estonia) se han encontrado 500.000 euros en efectivo. Tanto Ossinovski como Ugis Magonis, CEO de LDZ, ya han sido detenidos, perdiendo este último también su trabajo.
Rusia: oportuno corte ferroviario en su línea hacia Letonia
Sin embargo, lo más “curioso” ha sido la reacción de los Ferrocarriles Rusos, cuya cabeza visible era muy amiga de Magonis. Esta compañía ha anunciado, de manera inesperada, que la línea ferroviaria que conecta los dos países tiene serios desperfectos, por lo que el tráfico de mercancías será mínimo durante los próximos meses.
En la prensa internacional, se toma este anuncio repentino como un “castigo” a las autoridades por destapar el caso de corrupción. Y es que los vecinos de Rusia están acostumbrados a que el gigante realice “trabajos de mejora” en las infraestructuras compartidas (que muchas veces derivan en el cierre total de las mismas) cuando las cosas no van bien. Ejemplos de esto son el cierre temporal (después definitivo) del oleoducto a Lituania en 2006 o los cortes de gas a Ucrania cuando comenzó la tensión con Kiev.
Fuentes: International Railway Journal, Baltic Business News y Public Broadcasting of Latvia.