El denominado AVE del desierto vuelve a ser un quebradero de cabeza para el consorcio Al Shoula, formado por 12 empresas españolas entre las que se encuentra Renfe.
A los problemas que tuvieron que enfrentar por el retraso en la entrega de algunas infraestructuras por parte de las empresas de la fase anterior y los daños que provocaba la arena del desierto, el principal problema es ahora los talleres de Renfe en Medina. Unas instalaciones operadas por Renfe.
Varias deficiencias denunciadas por la DB
Durante el mes pasado, un representante de la DB (Deutsche Bahn), empresa que está supervisando las obras, detectó 11 puntos críticos en la construcción y operación del taller; que aún no está terminado.
Algunos de los puntos críticos detectados por la DB están relacionados con la seguridad de las instalaciones, la ausencia de especificaciones técnicas detalladas para el equipamiento de 41 elementos, la falta de solución de severos problemas de pintura de un equipo recibido en noviembre de 2018 o la ausencia de un inventario de repuestos en el almacén del taller.
Además, la DB destaca que algunas máquinas se han instalado sin los componentes requeridos en las especificaciones técnicas.
Un plan de choque que no ha llegado
Cuando la empresa alemana remitió el informe al consorcio Al Shoula, le dio un plazo de 7 días para responder con un plan de choque con el que corregir las deficiencias. Sin embargo, según fuentes consultadas por La información, no recibieron ninguna respuesta.
Los errores en la operación del taller y la falta de respuesta parece haber enfadado al gobierno saudí, que acusa al consorcio de carecer de una gestión cualificada. Todo esto, según la DB, viola los términos del contrato por lo que el cliente (el gobierno saudí) se reserva el derecho de sancionar al consorcio.
Impago de 75 millones
La posibilidad de que Renfe y el resto de empresas sufran una sanción tensa más la relación de Al Shoula con el gobierno ya que reclaman a este 75 millones de euros de impagos.
Además, la baja demanda de los trenes, que a penas llega a un sexto de lo previsto, también ha sido motivo de confrontación reciente.
Por último, de cumplirse las amenazas podría aumentar las pérdidas de Renfe en esta aventura internacional, que, según Hacienda, a finales de 2018 era de 150 millones de euros.
Fuente: La información.