Desde el 8 de enero los trenes han dejado de circular en el tramo Cuenca-Utiel de la línea convencional Madrid-Cuenca-Valencia. Los efectos de la borrasca Filomena y todos los temporales que la han seguido han causado daños severos en los 120 kilómetros de vía que aún no se han terminado de subsanar.
Sin embargo, fuentes oficiales de Adif consultadas por Trenvista aseguran que continúan los trabajos de reacondicionamiento para reanudar el tráfico lo antes posible, aunque no pueden dar una fecha.
Hasta 65 puntos afectados
Según lo que ha informado el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, que hace dos semanas nos actualizó sobre el avance de los trabajos, en este tramo se han localizado 65 puntos con daños que afectan a la plataforma, taludes, trincheras y drenajes, entre otros elementos de la infraestructura.
La empresa asegura que continúan los trabajos de limpieza de la infraestructura y la reposición de los elementos dañados a la vez que se inspecciona la evolución de los deslizamientos de tierras causados durante el mes de enero y los nuevos que pudieran surgir.
Unos trabajos a los que suman estudios específicos sobre las actuaciones requeridas para garantizar la seguridad de los viajeros que recorren la línea.
Sin embargo, reconocen que los trabajos que tienen que acometer son complejos por lo que, aunque estén destinando todos los recursos humanos y técnicos disponibles, se pueden alargar. Y no es posible a fecha de hoy determinar cuándo se reabrirá este ferrocarril.
10 núcleos urbanos se han quedado sin tren
Más allá de la importancia que tiene que un ferrocarril lleve sin prestar servicio durante ya 42 días, hay que recordar que 10 núcleos urbanos han dejado de recibir el servicio ferroviario. Y no cuentan con un autobús que sustituya al tren suspendido de forma temporal.
En concreto, Cañada del Hoyo, Carboneras de Guadazaón, Arguisuelas, Yémeda, Cardenete, Villora, Enguídamos, Mira, Camporrobles y Las Cuevas de Utiel han perdido un medio de transporte público que, pese a la escasa oferta, resulta esencial. Y que también facilita la movilidad de núcleos urbanos cercanos desde los que se puede llegar a la estación en transporte privado.
Además, la suspensión del servicio se produce después de meses en los que los retrasos y las cancelaciones han sido una constante debido a fallos tanto en la infraestructura como en el material móvil. Y se suma al próximo cierre de la estación de Carboneras de Guadazaón que causará que entre Cuenca y Utiel, cuyo trayecto dura 2 horas en las condiciones previas a Filomena, no se pueda cruzar un solo tren.
Es de esperar que con el tiempo podamos aplicar el refrán de “no hay mal que por bien no venga” y que esta interrupción del servicio sirva para mejorar y modernizar una infraestructura que, bien explotada, contribuiría a combatir la España vaciada.
Esperemos que la razón y la lógica se aplique para que se actualiza y no se cierren estaciones.