Durante el domingo 20 de noviembre, tuvieron lugar las Elecciones Generales del año 2011 en las que se votaron a nuevos diputados y senadores. El resultado otorgó la mayoría absoluta al Partido Popular en ambas cámaras y, por lo tanto, abre las puertas a su candidato Mariano Rajoy para ser el futuro presidente del Gobierno Central.
Esto supone un cambio de partido político en el poder y, por lo tanto, un cambio en las políticas nacionales. Para ver cómo afectará este hecho al ferrocarril, a continuación se analizará el programa electoral del futuro Gobierno.Todo lo relacionado con el ferrocarril se trata entre las páginas 54 y 56 del programa, disponible en la web oficial del Partido Popular, dedicadas a las infraestructuras. Respecto a los caminos de hierro se menciona:
Mejoraremos la interoperabilidad del sistema español de transportes con las redes europeas para posicionar mejor a España en la economía global como plataforma logística internacional. Priorizaremos las conexiones transfronterizas e impulsaremos el transporte ferroviario de mercancías mejorando su conexión con los puertos, plataformas y nodos logísticos para alcanzar una intermodalidad eficiente y fiable.
Estamos comprometidos con el desarrollo de una red de Alta Velocidad moderna, sostenible y eficiente, y favoreceremos su conexión con la red aeroportuaria.
Optimizaremos los modelos de participación privada tanto en la financiación como en la gestión, explotación y mantenimiento de las infraestructuras mediante una asignación eficiente de los riesgos. Esto supondrá, en el transporte por ferrocarril, culminar la liberalización efectiva tanto de los servicios de mercancías como de los de viajeros.
El mantenimiento, adaptación y mejora de los niveles de seguridad de las Política europea y infraestructuras para maximizar todo su potencial y evitar su obsolescencia, requiere dar un nuevo impulso a las nuevas tecnologías y ofrecer una mayor participación a los usuarios.
MEDIDAS
1.- Desarrollaremos nuevas plataformas de conexión e intercambio modal y acometeremos la conexión de los puertos de interés general a los corredores multimodales y, en particular, de los puertos que formen parte de las autopistas del mar a los corredores ferroviarios de mercancías. El objetivo es que los puertos españoles se conviertan en verdaderos centros logísticos intermodales de proyección internacional. Promoveremos el desarrollo de una red de Alta Velocidad moderna, sostenible y eficiente, y favoreceremos su conexión con la red aeroportuaria.
3.- Mejoraremos los accesos y anillos de circunvalación por carretera a las grandes ciudades; promoveremos un plan de cercanías ferroviarias que potencie la entrada de nuevos operadores y la seguridad en las estaciones, e impulsaremos la integración urbana del ferrocarril con otros modos de transporte para evitar la contaminación atmosférica y la congestión en la movilidad urbana y metropolitana.
6.- Completaremos la liberalización efectiva del transporte ferroviario de mercancías, promoviendo la entrada de nuevos operadores y agilizando los trámites de las licencias y permisos. Extenderemos la liberalización y apertura del mercado al transporte de viajeros.
Aunque la aplicación de este programa dependerá finalmente del Ministro que corresponda y de las condiciones económicas, se puede observar que la tendencia será continuar con la política actual de reforzar el transporte de mercancías en tren así como seguir potenciando las líneas de alta velocidad; precisamente no sostenibles desde su construcción.
Además, son claras las intenciones de abrir a la competencia el tráfico de viajeros, para lo que es necesario modificar la Ley del Sector Ferroviario. Si a esto le sumamos las intenciones de facilitar los trámites para poder operar, es más que factible que la cuota de mercado de las empresas privadas aumente bastante en relación con la actualidad.
De manera subjetiva, lo que más sorprende del programa es la medida número 3, en la que se menciona que operadores distintos de Renfe exploten trenes de cercanías. Sin lugar a dudas, esto abre las puertas a un modelo de gestión distinto que podría pasar por la concesión de determinadas líneas o núcleos a otras operadoras, ya sean públicas (como Arriva, propiedad de la Deutsche Bahn) o privadas (como Alsa, empresa que no oculta sus intenciones de saltar al ferrocarril).
Como conclusión, en principio no habrá cambios sustanciales con la actual política aplicada por el PSOE. Lamentablemente, las líneas de ancho ibérico parecen quedar nuevamente en un segundo plano, a favor de las nuevas, modernas, costosas e insostenibles económica y ambientalmente infraestructuras de alta velocidad.
Fuente: Partido Popular.