La puesta en servicio de los trenes de la serie 106 de Renfe, de la plataforma Avril de Talgo, se vuelve a retrasar. A pesar de que se han entregado siete trenes, las pruebas de fiabilidad no son satisfactorias y el fabricante aún debe hacer mejoras. Renfe se plantea aumentar en 50 millones de euros la indemnización que pedirá al fabricante.
El 31 de marzo era la fecha límite que el ministro de Transportes, Óscar Puente, había puesto para que los trenes Avril comenzaran la operación comercial de trenes. Según el calendario de entrega acordado con Talgo, para ese día el operador tendría que haber recibido las 10 primeras ramas. Los siguientes 10 trenes tendrían que entregarse antes de finales de 2024, quedando los últimos 10 pendientes para principios de 2025.
El Avril no entrará en servicio el 8 de abril
Con este calendario, el ansiado estreno de la última generación de trenes de alta velocidad de Talgo está previsto para el 8 de abril. De hecho, la venta de billetes para los destinos afectados por este hito está bloqueada desde ese día. Según ha informado el operador, se va a desbloquear hasta finales de mes.
Talgo, por su parte, confía en que será antes de mayo cuando estos primeros 10 trenes lleven el Avlo y el AVE al corazón de Asturias y Galicia. No obstante, nadie se atreve a dar una fecha definitiva y es posible que haya que esperar al quinto mes del año para verlos en servicio comercial.
Por el momento, según varias fuentes, Talgo ha entregado 7 unidades con las que Renfe está haciendo la formación a maquinistas y las pruebas de fiabilidad desde principios de enero. Y es precisamente en las pruebas de fiabilidad en las que Renfe parece estar encontrando problemas.
Según informa El Comercio, en el 75% de los viajes para probar la fiabilidad de los trenes ha habido un error. Al parecer, el sistema eléctrico detecta un fallo en la tensión y hace que el tren se detenga en pleno viaje.
Además, Renfe se habría quejado de las vibraciones excesivas del tren. Aunque la AESF las ha dado por válidas, el operador considera que es un problema de confort para los viajeros. Este problema no es nuevo.
Según informaron en su momento a Trenvista personas cercanas al proceso de homologación, siempre han existido. Expertos consideran que la ausencia de suspensión primaria en los trenes de rodadura desplazable sería la causa de estas vibraciones, difíciles de solucionar.
La indemnización pedida por Renfe podría ascender a 166 millones de euros
Los perjuicios en la puesta en servicio de los Avril está siendo grande para Renfe.
Por un lado, de estos trenes depende que los servicios AVE y Avlo lleguen hasta Gijón y a varias ciudades de Galicia. Gracias a los 106 de rodadura desplazable y con velocidad máxima de 330 km/h, los tiempos de viaje hacia estos destinos se recortarán de manera notable.
Por otro lado, la redistribución de material móvil que se producirá como consecuencia de la liberación de los trenes de la serie 130, permitirá que ciudades como Salamanca o Cádiz recuperen los servicios ferroviarios que tenían antes de la pandemia.
Además, gracias a la mayor capacidad de estos trenes, Renfe será más competitiva en el corredor Madrid-Barcelona.
En el momento de la firma del contrato, la puesta en servicio de los Avril iba a comenzar en mayo de 2020, antes de la liberalización del transporte de viajeros. Sin embargo, la irrupción de la pandemia causó un primer retraso de varios meses, hasta principios de 2021.
Desde entonces, las dificultades en las pruebas de homologación han ido retrasando esta fecha. En julio de 2022, Renfe anunció que solicitaría a Talgo una indemnización de 116 millones de euros por los daños que estaba causando el retraso.
No fue hasta octubre de 2023 cuando por fin se consiguió la homologación de la serie por parte de la AESF. Comenzó en ese momento un proceso de actualización de los trenes previo a su entrega al operador.
Ahora, tras conocerse que no podrán entrar en servicio el 8 de abril, El Economista ha informado de que el operador amenaza con aumentar la indemnización en 50 millones de euros. Sería, finalmente, de 166 millones sobre los 1.495,4 millones por los que Renfe adjudicó el contrato.
Por el momento, Talgo afirma que considera “remota” la posibilidad de pagar esta indemnización. Según defiende, Renfe no ha formalizado esta indemnización. Pero desde El Economista apuntan a que los peritos aún están evaluando el impacto del retraso sobre las cuentas de la empresa.