La Asamblea de Madrid debate hoy un informe favorable de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo para aumentar la deuda de Metro de Madrid en 1.378 millones de euros con el objetivo de comprar 86 nuevos trenes de gálibo estrecho y gálibo ancho.
De aprobarse, esta cantidad se sumará a los 1.072 millones de deuda que actualmente tiene la empresa. Aunque está por debajo del límite de endeudamiento aprobado, es necesario ampliarlo, ya que es insuficiente para hacer frente a la compra de material móvil.
Metro de Madrid quiere adquirir 40 nuevos trenes de gálibo estrecho para sustituir a los trenes de la serie 2000A de la línea 1. Con una edad media de 34 años, hay trenes que superan los 35 años de servicio y su ratio de averías es de 19.300 kilómetros frente a los 34.800 de los trenes más modernos.
Mientras se mantienen en servicio, la empresa está procediendo a la sustitución de los componentes en peor estado para mejorar la fiabilidad del material.
Respecto al gálibo ancho, Metro quiere adquirir otros 40 nuevos trenes, que se destinarían a reemplazar a los 5000-2ª (ya retirados por contener amianto) y a los 5000-4ª de las líneas 6 y 9, y a dotar de material móvil a la ampliación de la línea 11 hasta Valdebebas.
Adicionalmente, la empresa contempla un lote de 6 trenes para la nueva línea de conducción automática sin maquinista que la Comunidad de Madrid va a construir desde Chamartín para atender al desarrollo de Madrid Nuevo Norte.
Desde Trenvista insistimos, como se defendió en el artículo de las ampliaciones de la red en el número 1, en la idoneidad de mantener el proyecto original de usar la línea 10 para esta ampliación.
Los nuevos trenes del metro de Madrid llevan varios años de retraso
La compra de material móvil para Metro de Madrid es una operación que se ha ido retrasando durante varios años. La necesidad de sustituir a los trenes más antiguos y de reforzar el servicio ha hecho que se plantee en varias ocasiones esta adquisición.
Según el SCMM, en noviembre de 2020 la empresa estaba preparando la licitación de nuevo material móvil para las líneas 6, 8 y 10. Un total de 402 coches que permitirían retirar del servicio a la serie 5000 y que contarían con la característica de poder adaptarse para circular sin maquinista.
Sin embargo, la licitación se ha ido retrasando debido a la situación financiera de la empresa y a la necesidad de comprar trenes que ya estaban en servicio pero alquilados mediante leasing.
Los últimos trenes que han comenzado a prestar servicio en la red son los 8000-2ª, introducidos entre 2010 y 2014. Desde su adquisición, la empresa ha perdido los 73 coches de la serie 6000 vendidos al Subte de Buenos Aires y las 65 unidades de la serie 5000-2ª apartadas en 2018.