- Jugada maestra del Gobierno francés antes de aceptar la operación.
- Ya no habrá absorción de Alstom por parte de General Electric, sino que se creará una nueva empresa conjunta.
- Faltan pequeños flecos antes de que la operación se considere realizada al 100%.
Francia acepta finalmente la oferta de General Electric por Alstom bajo duras condiciones del ejecutivo, poniendo así punto y final al culebrón que en los últimos meses llegó a involucrar a Siemens y Mitsubishi.
El baile de pretendientes de Alstom llega a su fin
Tras unas duras negociaciones, Alstom ha aceptado la oferta de General Electric para la fusión de las dos empresas, pero de una forma bien distinta a la que en principio pensaban desde Estados Unidos.
Desde el primer momento se intuía que el proceso no sería sencillo, y las previsiones fueron ciertas: hasta tres empresas acabaron implicadas en la puja por Alstom mientras que en Francia no se decidían.
Las duras condiciones del Gobierno francés
Ahora que parece que el largo proceso llega a su fin, parece verse con claridad que esta fusión entre Alstom y General Electric ha sido una jugada maestra del Gobierno francés. Para empezar, la compañía estadounidense se vio obligada a aumentar la cuantía de su oferta tras la entrada en escena de Siemens, lo que deja la cifra final en 12.350 millones de euros.
Pero no es en lo único que General Electric cede: para que se lleve a cabo la operación, antes Francia quiere poseer el 20% de Alstom, que en la actualidad está en manos del grupo de comunicación Bouygues. Con este movimiento el Gobierno francés mantendría su control sobre la empresa, teniendo tanto poder en ella como la propia General Electric.
Otros requisitos impuestos para que se efectúe la operación es sustituir la absorción ofrecida inicialmente por un movimiento entre iguales. Se creará una nueva empresa conjunta que englobará las actividades energéticas de ambos grupos.
Además, el Estado se asegura un derecho de veto sobre las decisiones del grupo y la posibilidad de aprobar el nombramiento de la mitad del consejo de administración y al presidente de la nueva entidad. También se obligará a General Electric a mantener la plantilla actual y crear 1.000 empleos nuevos gracias a un reciente decreto francés que permite la intervención del Estado a intervenir en los sectores estratégicos frente a grupos extranjeros
Fuente: La Vanguardia.