Con el objetivo de evitar que la deuda de la compañía compute en el déficit del Estado a partir del 1 de enero de 2013, y cumplir con las exigencias del nuevo Sistema Europeo de Cuentas que impone Bruselas, Adif estudia dividirse en dos empresas distintas encargadas de la construcción y mantenimiento de la red de alta velocidad y de la red convencional respectivamente.
De esta manera se cumpliría con la condición que imponen las normas contables europeas, de que al menos el 50% de los gastos operativos de la empresa tengan que estar cubiertos con fondos procedentes del mercado; algo que es posible en las líneas de alta velocidad y no en las convencionales, donde la aportación estatal supera el 50%. La empresa estudiará a partir de ahora la viabilidad de efectuar dicha operación y lo hará en coordinación con los trabajadores, con el objetivo de mantener el empleo.
Fuente: Adif.