- El líder de la Oposición y candidato laborista, Ed Miliband, anuncia sus planes de nacionalización parcial de la red ferroviaria británica.
- El modelo de éxito de Directly Operated Railways da alas a quienes piden la renacionalización.
- Las empresas privadas no han tardado en mostrar su oposición a este plan.
El actual sistema ferroviario británico, basado en franquicias concesionadas a empresas independientes del Estado, se tambalea con la propuesta del candidato laborista Ed Miliband y su plan de renacionalización del ferrocarril. Este anuncio ha puesto en alerta a las operadoras privadas, que temen perder su actual posición en el sistema ferroviario británico.
La renacionalización laborista
Parece que la idea que el Partido Laborista tiene del sistema ferroviario británico bajo su hipotético mandato a partir de 2015 es sensiblemente diferente al actual.
Se lleva tiempo hablando de una renacionalización del ferrocarril, de que la Administración debería participar activamente en el mercado y no quedar reducida a externalizar la operación y actuar sobre la infraestructura (función de la empresa semipública Network Rail). Pero en este momento esta idea empieza a tomar forma.
El Partido Laborista propuso inicialmente que, a la hora de renovar las franquicias, una empresa pública compita con las privadas por obtener las concesiones, asegurando que siempre habría una operadora estatal que se presentase a cada licitación. Las primeras afectadas serían las y compañías que tengan que renovar la franquicia en la próxima legislatura (2015-2019), un total de 7, que ya tendrían que competir con el Estado.
Aunque esta noticia ha causado controversia, sin duda aún más ha sido el anuncio posterior de que las franquicias que caduquen durante esos cuatro años, pasarán directamente a manos públicas.
Los laboristas buscan así el control sobre el sistema ferroviario, que en su opinión ha bajado notablemente la calidad en los últimos años. Se basan, además, en el éxito de la pública Directly Operated Railways, que opera desde 2009 la franquicia East Coast desde la quiebra de la concesionaria National Express East Coast. Lo que fue una decisión de emergencia, que se tomó para mantener a flote la franquicia después de que la empresa privada no pudiese operar, ha resultado un modelo de éxito que ha reabierto el debate sobre la nacionalización del ferrocarril.
Las operadoras privadas, en pie de guerra
Como cabía esperar, las empresas privadas que operan las franquicias actualmente se oponen a estas medidas. Mantienen que hay operadoras muy competitivas que ahora tendrían que entrar de nuevo en licitación, con la inversión de dinero que eso supone.
En este sentido también se preguntan cómo la Administración afrontará el gasto de presentarse a cada una de las franquicias que se renovarán en la próxima legislatura. Hay 7 franquicias que afrontarán el proceso y el precio de presentarse a cada concurso es de 5 millones de libras, lo que hace un total de 35 millones si efectivamente se presentase a todas. Es una cantidad de dinero considerable, teniendo en cuenta que podría presentarse y no ganarlas.
Además, denuncian que el proceso de selección de la operadora no sería justo, ya que la Administración sería juez y a la vez posible beneficiario. Con 5 millones de libras en riesgo, dicen, la elección es clara.
Habrá que esperar a 2015
En cualquier caso, estas medidas (justas para algunos, polémicas para otros) sólo se darían ante una victoria laborista. Tendremos entonces que esperar al próximo año para conocer el futuro del sistema ferroviario británico.
Fuente: The Guardian.