A pesar de que en el proyecto inicial de la construcción del tranvía de Barcelona se contemplaba una futura conexión que atravesase la avenida Diagonal, parece una idea cada vez más lejana. Las dos líneas del tranvía (la del Baix Llobregat y la del Besòs) se encuentran aisladas la una de la otra, lo cual tiene poco sentido. Ahora, una obra de reforma de la Diagonal podría condenarlas a permanecer así para siempre.
La (no) red del tranvía de Barcelona
El tranvía de Barcelona fue inaugurado en 2004, estrenando dos líneas aisladas que recorren la ciudad condal. En la actualidad se producen 23 millones de validaciones de viajeros entre ellas, lo que parece un claro signo del potencial de este transporte.
La conexión de las dos líneas por la avenida Diagonal supondría una extensión de 3,9 km que permitiría alcanzar los 50 millones de validaciones anuales, según las estimaciones. Además, se produciría una evidente disminución del transporte privado, que tendría que competir con una red muy más eficiente.
Conflicto de intereses en la avenida Diagonal
A pesar de que esta conexión parece un paso lógico en el desarrollo de la red, es algo que se aleja cada vez más. El alcalde de la ciudad, Xavier Trias, ya ha declarado que no aprobará la conexión (la misma que defendía cuando estaba en la oposición) a pesar de que ingenieros y expertos afirman que sería lo más apropiado.
De hecho, la obra que invertirá 19 millones de euros en ampliar las aceras de la Diagonal, aleja los planes del tranvía, que necesitaría otro plan posterior de urbanización. El Ayuntamiento defiende que la red de autobuses urbanos ya da servicio en esa avenida y estorba menos. Como alternativa propone la conexión por otra calle, que en ningún caso sería tan directa o amplia como la Diagonal.
Y lo que parece estar al fondo de la cuestión es el fuerte lobby de los comerciantes de la zona, que se niegan en rotundo a la ampliación del tranvía. Muestra de esta influencia es que el arquitecto que realizará la obra inminente de urbanización da la avenida ha sido contratado por ellos.
Fuente: El País.
Es cierto que Barcelona necesita ampliación del sistema de transporte público así que el abandono del proyecto no será la mejor decisión.