OPINIÓN.- El próximo martes será 11 de marzo de 2014, fecha en la que se cumplirán 10 años de los terribles atentados del 11-M que sacudieron a Madrid, España y al mundo entero. Innumerables daños personales y materiales fueron la consecuencia directa de semejante fechoría que, por otro lado, permitió mostrar el lado más humano de la sociedad española, que inmediatamente se volcó con las víctimas.
Sin embargo, el constante uso de tan dolorosas imágenes no hizo más que demostrar la inhumanidad que puede llegar a causar el morbo informativo. Las fotos, que resultan dolorosas de ver, se han colado constantemente en libros, periódicos, blogs, telediarios… y parece que lo seguirán haciendo, sin importar las consecuencias negativas que puedan tener sobre los verdaderos protagonistas de esta historia.
Las fotos del 11-M
No será en Ferro Noticias donde se volverá a publicar las fotografías que nuestras retinas ya tienen bien grabadas. Aquellas en las que se ve a los trenes de Cercanías destrozados, el lugar en el que muchos inocentes perdieron algo tan valioso como la vida y mucha más gente sufrió al tener que ir a auxiliar a sus congéneres.
Es totalmente reprobable que aún 10 años después esas mismas imágenes vuelvan a las portadas de los medios de comunicación. Y es que, ya hoy viernes 7, Publico.es ofrece el espectáculo de una 446 afectada.
Una feroz falta de respeto no sólo hacia los fallecidos, sino que también a sus familiares y amigos así como a las personas que de forma voluntaria o por deber sufrieron el tener que meterse dentro de ese amasijo de hierros. Personas con una sensibilidad emocional a la que no se les tiene en cuenta nada más que para politiqueos y llamarles héroes… sin honrar debidamente a sus actos heroicos.
Hay más formas de recordar
Hay muchas formas de recordar y condenar los atentados del 11-M que mostrando las fotos de los trenes. Aparte del daño que pueden seguir haciendo y de la falta de ética que supone el reutilizarlas, no sirve para nada. Hay muchas maneras de recordar a las víctimas, a los cuerpos de seguridad, a los voluntarios o trabajadores de Renfe como, por ejemplo, ponerles nombre y apellido y hablar de personas en concreto o recuperar las imágenes en las que se veía a un pueblo más unido que nunca para condenar los hechos.
Pero parece que es más interesante dejarse llevarse por el morbo y olvidarse que en esos Cercanías viajaban personas como cada uno de nosotros. Personas con su historia, sus allegados, sus sueños truncados y algo que contar al mundo. Y seguirán pasando los años y, por tal de dejar triunfar al morbo, se seguirá recordando gráficamente el 11-M usando el sitio en el que perecieron.
Por nuestra parte, en Ferro Noticias dedicaremos la semana que viene algunos artículos acerca de esta triste efeméride, procurando dar un toque más ferroviario que a este necesario artículo de opinión.