Esta semana, en Pinceladas, os queremos hablar del automotor Michelin, uno de los trenes más extraños jamás vistos.
Para quien no sepa nada de este vehículo, decir que su principal peculiaridad puede deducirse de su propio nombre. Si proviene de Michelin, ¿podría no montar neumáticos de caucho en lugar de las tradicionales ruedas de acero?
Ponerle neumáticos a un tren
Se dice que fue al propio André Michelin quien tuvo la idea mientras viajaba de noche en tren entre París y Cannes. Al parecer, el insomnio producido por el traqueteo trajo la inspiración al visionario, que pronto ideó un prototipo con neumáticos de caucho que serviría para suavizar la suspensión y aumentar la adherencia.
Y así, desarrollando esta idea, en 1929 se lanzó el primer prototipo de automotor Michelin, realizado a partir de un coche Renault 40 CV.
Este extraño vehículo híbrido se enfrentó a constantes retos desde el principio, siendo el más importante el del reducido peso que los neumáticos de la época podían soportar. Sin embargo, consiguieron sacar de la debilidad su mayor fortaleza: aumentaron el número de ruedas por vehículo (llegaron a existir automotores Michelin con 10 ejes por coche) y estudiaron la forma de aligerar el peso del tren, algo que conllevaba un importante ahorro en los costes de producción.
El éxito relativo del automotor de Michelin
Tan sólo 2 años después de la presentación del prototipo, el automotor de Michelin se embarcó en una gira por Europa y Estados Unidos en la que, sin embargo, no tuvo el éxito esperado.
De hecho, la mayor parte de los pedidos vendrían de Francia, de algunas de sus colonias como Argelia, Congo, Indonesia y Madagascar, y de Mozambique, dependiente en aquel momento de Portugal.
Se dice que en España, el Ferrocarril de Bilbao a Lezama y el de Luchana a Mungia estuvieron interesados, pero que la posterior Guerra Civil impidió el pedido.
En total, llegaron a circular hasta 125 automotores de Michelin, modelo que fue evolucionando con el paso de los años. Así, en 1936 se creó la versión de 100 plazas, con capacidad para 40 personas más de pie y hasta 1.500 kg de equipaje. Este nuevo vehículo, con un motor de 400 caballos, conseguía alcanzar los 135km/hora.
El caso de Madagascar
Sin duda, el lugar en el que el automotor Michelin cosechó más éxito fue en Madagascar. Allí, el primer vehículo, que con su carrocería de aluminio asemejaba más a un autobús, conectaba Antananarivo con el puerto de Tamatave (369km).
Con el paso de los años, Madagascar se convirtió en uno de los mayores usuarios del automotor de Michelin, aunque décadas más tarde también empezaron a encontrar problemas con los recambios.
En 1985 dejaron de circular dos de las últimas unidades, mientras que otras dos fueron cedidas a particulares que los usaban como viviendas.
A día de hoy, sólo 2 automotores Michelin continúan en activo en el mundo, ambos realizando viajes turísticos en Madagascar. Una tercera unidad está expuesta en el museo que la compañía de neumáticos posee en Clemort-Ferrand, su mítica factoría de la región francesa de Auvernia.
Michelin en el metro
Aunque la técnica poco tenga que ver con el automotor, es importante mencionar que este no es el único sistema de neumáticos para trenes creado por Michelin. En diversas redes de metro circulan trenes con un curioso sistema de rodadura que te contamos en este artículo.