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Los primeros pasos del ferrocarril en Rusia

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El ferrocarril ha sido un elemento clave para todas las naciones, desarrollando y conectando las zonas por las  que pasaba. Hoy, en Pinceladas, te hablamos de los primeros pasos de esta infraestructura en la vasta Rusia de los zares.

Momento histórico para el ferrocarril en Rusia: la llegada del primer tren a Tsarkoye Seló en 1837. Foto: Nuits blanches a Saint Petersbourg.
Momento histórico para el ferrocarril en Rusia: la llegada del primer tren a Tsarkoye Seló en 1837. Foto: Nuits blanches a Saint Petersbourg.

Siguiendo la estela de Europa

A pesar de que el viejo continente ya había desarrollado algunas líneas de ferrocarril, la idea no tuvo mucho éxito en Rusia al considerarse un medio de transporte poco adecuado para un país con distancias tan largas e inviernos muy duros.

Sin embargo, en 1836 el ingeniero austriaco Franz von Gerstner convenció a Nicolás I para autorizar una línea de prueba entre la capital y Tsárskoye Seló, residencia veraniega del zar y su familia.

Esta línea de prueba tenía 23 km de longitud ,y fue construida con un ancho de vía de 6 pies imperiales (1.829mm). Inaugurada el 30 de octubre de 1837, fue la prueba de que el ferrocarril sí podía ser interesante para Rusia. De hecho, en su primer año, esta línea transportó a 726.000 pasajeros, si bien no tuvo mucho éxito con las mercancías.

La expansión del ferrocarril en Rusia

Finalmente, Nicolás I aprobó la construcción de una segunda línea de ferrocarril en Rusia, pero fue por razones militares: frenar un alzamiento contra el régimen en Hungría. En este caso la línea iba de Varsovia a la frontera austrohúngara, pero la construcción tuvo que frenarse por falta de financiación. Finalmente se puso en marcha en 1848, 9 años después del inicio de las obras.

El zar Nicolás I fue el primer propulsor del ferrocarril en Rusia.
El zar Nicolás I fue el primer propulsor del ferrocarril en Rusia.

En cuanto al ferrocarril en Rusia con objetivos comerciales, la ruta entre Moscú y San Petersburgo era sin duda la opción más obvia. Nicolás I pensó que los beneficios de esta conexión harían que mereciese la pena construirla, así que se embarcó en un megaproyecto para su país, poco industrializado por aquellas fechas.

La línea, de 644km, estaba llamada a ser la más larga del mundo con doble vía. Su construción empezó en 1843 y el zar lo tomó como un proyecto nacional: como no había muchos ingenieros en Rusia, todos los que se graduaban iban a parar al proyecto ferroviario. Se contrató al americano George Whistler como asesor principal y pusieron a trabajar a unos 5.000 obreros en el proyecto, que construyeron la línea con pésimas condiciones de trabajo, lo que llegó a costar la vida de muchos de ellos.

En este caso, se consideró que los más adecuado para la línea era hacerla con un ancho de vía de 5 pies (1.524mm) al creerse el ancho anterior caro e innecesario. La ruta Moscú – San Petersburgo se inauguró el 1 de noviembre de 1851 (tras algunos retrasos) y su éxito fue rotundo: 693.000 viajeros y unas 168.000 toneladas de mercancía transportados  en su primer año.

 

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