Con motivo del día de San Isidro, en Pinceladas queremos recordar los tranvías históricos de Madrid, que a más de uno le servían de transporte hasta la Pradera del Santo. Así que si te apetece este viaje en el tiempo, sigue leyendo.
Los tranvías históricos de Madrid: furor y caos
Fue el día 31 de mayo de 1871 cuando se inauguró la primera línea de tranvía de la capital, que realizaba la ruta Sol-Salamanca con vehículos tirados por mulas.
Pocos años después comienzan a llegar los tranvías de vapor, que tenían el objetivo de unir Madrid con localidades cercanas. También en el SXIX (en 1898, concretamente) llegarían las primeras líneas de tranvía eléctrico.
Enseguida el uso del tranvía se extendió, llegando a resultar bastante caótico debido a que eran varias empresas las que gestionaban las líneas y a que casi todas tenían su cabecera en la Puerta del Sol.
Es por eso que en el año 1920 se decide organizar la red, aunando todas las empresas operadoras en la Sociedad Madrileña de Tranvías.
Hasta la llegada de la guerra civil, este medio de transporte resistió incluso la competencia del metro, pero, una vez llegado el conflicto al oeste de Madrid, el tranvía sufrió la pérdida de muchos vehículos y la gente optó por el metro al considerarlo más seguro en caso de bombardeo.
Con la posguerra, el tranvía parecía recuperarse,y se convertía en enlace de zonas reconstruidas como Ciudad Universitaria. Sin embargo, sus días estaban contados.
El declive de los tranvías
Tras la reordenación de las líneas de autobús y tranvía llevada a cabo en 1949 para liberar del tráfico la Puerta del Sol, este medio de transporte va perdiendo fuerza. La feroz competencia de los autobuses urbanos y algunos accidentes reseñables (como el del tranvía que se precipitó al Manzanares tras quedarse sin frenos, matando a 15 personas), hacen que el número de líneas vaya disminuyendo paulatinamente. Finalmente, es en 1972 cuando los últimos tranvías clásicos circulan por la ciudad.
El tranvía de San Isidro
Pero si había un tranvía castizo en Madrid, ese era el número 8, que unía el centro de la ciudad con Los Carabancheles, y cada 15 de mayo se llenaba de chulapos y chulapas que querían llegar hasta la Pradera de San Isidro. De aquí viene la expresión “ser más chulo que un 8”. ¿Lo sabías?
Fuente: Metroligero Oeste.