Esta semana en Pinceladas os seguimos descubriendo algunas de las estaciones ferroviarias más bonitas del planeta: hoy hablamos de la estación de Limoges Bénédictins, en Francia.
La historia de la estación de Limoges Bénédictins
Hay algunas estaciones de tren que exudan historia, como la que nos ocupa aquí hoy. Situada en la localidad de Limoges, tiene una historia que se remonta al año 1856, con la llegada del ferrocarril a la ciudad. Fue entonces cuando se planteó la necesidad de crear una estación de obra que se terminaría en 1959.
Sin embargo, pronto se quedaría pequeña y, tras algunas ampliaciones poco acertadas, se decide construir otra nueva según los planos de Roger Gonthier. Las obras se realizaron de 1924 a 1929 y el resultado es maravilloso: edificio de hormigón con placas de pieda caliza con cúpula y campanario además de una majestuosa entrada y las vidrieras de Chigot.
Un orgullo para la ciudad
Desde entonces la Estación de Limoges Bénédictins, que debe su nombre a un monasterio benedictino que hubo en la zona antes de la Revolución Francesa, ha sido todo un orgullo para los vecinos de la localidad, que son conscientes de la belleza de la terminal. Tan volcados están con ella que cuando un incendio en 1998 dañó la cúpula, se dieron mucha prisa en reconstruirla según el diseño original.
Que belleza de arquitectura. Am´pe las esculturas de Porcelana y Esmalte.