Ya han pasado 50 años desde que el 1 de octubre de 1964 el mundo se rindiese a los pies de Japón en la inauguración del Shinkansen, un tren bala que llegaba a los 200km/h. El llamado milagro japonés se producía 19 años después de que el país hubiera sido devastado por la guerra y 10 días antes de acoger los Juegos Olímpicos.
Un tren bala para la línea Tokaido
Concretamente ha sido la llamada línea Tokaido la que está la celebración, la primera que puso en servicio el tren bala japonés. Este recorrido fue el elegido para ser operado por los shinkansen al ser el más utilizado de Japón. En 1950, ya transportaba al 24% de los pasajeros de toda la red, por lo que la construcción de una línea más rápida era muy necesaria.
Los años no han hecho más que dar la razón a los que tuvieron esta idea ya que se han pasado de los 61.000 pasajeros diarios de 1964 a los 409.000 diarios registrados en 2013. El año pasado circulaban por esa línea 323 trenes bala al día, una cifra estratosférica.
Pero si el tren bala es el orgullo de Japón, no es sólo por su velocidad: desde su inauguración no ha habido ningún accidente con víctimas mortales, y es el servicio ferroviario más puntual del mundo.
Japón mira al futuro
El país asiático no se conforma, y ya desarrolla un sistema ferroviario de levitación magnética (maglev) con el que los trenes podrían ir aún más rápido. En el primer ensayo público de las nuevas unidades, llevado a cabo la semana pasada, el tren alcanzó los 500km/h.
La idea es inaugurar este nuevo servicio en 2027, ofreciendo una línea comercial que una las ciudades de Tokio y Nagoya en 40 minutos.
Fuentes: Japonismo, RTVE y Railway Gazette.