OPINIÓN.- Si hay una obra que está dando quebraderos de cabeza, es la del túnel de la variante de Pajares, que cruza la base de los Picos de Europa para conectar las provincias de León y Asturias. Pese que el objetivo era llevar la alta velocidad al norte peninsular, probablemente muchos se preguntan ahora si realmente merecía la pena hacerlo de esta forma. O si se podría haber optado por una mejora del trazado actual y haber construido nuevas infraestructuras donde la orografía fuera más adecuada, como se ha hecho en el resto de Europa.
Como suele ser habitual en nuestro país, y especialmente en el tema ferroviario, a la hora de empezar esta obra pesaron por encima de todo los intereses políticos y personales (o los intereses personales de los políticos, para ser más exactos). No vamos a entrar a discutir si conectar Asturias mediante alta velocidad era realmente algo tan urgente o necesario, pero lo que está claro es que esta no era la manera. Tras sólo unos meses de investigación, se empezaban con prisas las obras que mejorarían el sistema ferroviario de la tierra natal de Francisco Álvarez Cascos, el por entonces ministro de Fomento. En 2004 puso incluso la primera piedra de la obra de forma ilegal, por la que ya se hablaba de que los trenes circularían en 2010.
Pero en 2005 llegaron las primeras señales de que aquello no iba bien: tan sólo unos meses después de empezar los trabajos de perforación de la variante de Pajares, se detectaron varias fugas de agua que inundaban el túnel. Se encargó entonces un estudio hidrogeológico, después de empezar la obras y no antes. Otro despropósito más, que no sería el último: con el cambio de Gobierno tampoco se frenó la obra por no tener que indemnizar a las empresas constructoras.
La situación actual de la variante de Pajares
Y como resultado tenemos dos túneles con filtraciones que han llegado a los 1.000 litros por segundo al haber tocado hasta 20 acuíferos de la zona, aunque ahora se ha reducido a 300l/s. Como consecuencia, se ha producido el corrimiento de una ladera y ha disminuido considerablemente la cantidad de agua en la vertiente leonesa, al nutrirse sus ríos de esos acuíferos.
Con todo, uno de los dos túneles va a abrirse para usarse en el transporte de viajeros y de mercancías. Incluso la actual ministra de Fomento, Ana Pastor, ha afirmado que la obra estará terminada en menos de dos años. Y la reciente adjudicación de la electrificación de esta nueva vía parece una muestra de dicha disposición.
Pero sin duda, la noticia más irónica de todo esto es la creación de la Plataforma Tecnológica Túneles de Pajares, formada por geólogos, topógrafos e ingenieros vinculados a esta obra. Reivindican los aspectos positivos del proyecto, y los retos superados. Quieren incluso exportar el modelo para usarlo fuera de España. Claro, porque el pequeño inconveniente de cruzar la variante de Pajares en piragua no es tan importante.
Fuentes: El País y El Comercio.